¿Cuál es la mejor manera de guardar el pan para que no se ponga duro tan rápido? Esto dicen expertos

Uno de los grandes problemas que pueden enfrentar las personas que comen pan es el hecho de que el popular producto no suele tener una vida útil demasiado larga.

De hecho, la frescura del mismo desaparece en varios casos y, cuando pasa un determinado periodo de tiempo, podría suceder que al ir a buscar un nuevo trozo este esté duro y sin las cualidades previas.

En esa misma línea, todo podría tener relación con la forma en cómo se guarda el mismo.

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Si bien existen muchas opciones de almacenamiento, el portal especializado en alimento y recetas Epicurious señala que algunas alternativas son mejores que otras.

Eso sí, la web se encarga de aclarar que las cocinas no son un “laboratorio con clima controlado” y, por tanto, los resultados pueden variar según este factor.

A la vez, no todos los panes se ponen duros del mismo modo, siendo aquellos con grasa añadidas los que más tardan en estar rancios. Mientras, ejemplares como una baguette podrían durar menos.

¿Cuáles son las mejores formas para guardar el pan para evitar que se añeje tan rápido?

Aunque pueda sonar inusual, la mejor manera para mantener la frescura del pan es almacenarlo en el congelador. “Incluso por unos días es la mejor opción”, indicaron.

Todo se debería a que congelarlo retrasa en gran medida el “proceso de envejecimiento o retrogradación y elimina el riesgo de que aparezca moho”.

¿Y realmente se puede comer luego? Sí, y solo bastaría con colocarlo directamente en el horno, horno eléctrico o tostador. Es ahí donde se vuelven a gelatinizar los almidones, devolviendo la elasticidad y haciéndolo masticable.

Lo ideal sería colocar el alimento en una bolsa para congelador y sacar todo el aire posible antes de sellarlo, para evitar que se pueda quemar por las bajas temperaturas. “El pan se puede congelar durante dos o tres meses”, explican.

Ampliar

Ahora bien, dejarlo simplemente en aquella bolsa de plástico que se entrega en supermercados y comercios más pequeños podría ser una mala idea.

Esto último porque tras varios días la corteza e interior es capaz de desarrollar moho. Pero ojo, siempre que no tenga ese último símbolo de deterioro, se podría calentar nuevamente para devolverle algo de textura crujiente.

De cualquier forma, al ser un producto de consumo habitual, es difícil que el estado de deterioro llegue al nivel antes descrito a no ser que se trate de un descuido.