¿Qué hay de cierto en la regla de los 5 segundos cuando la comida se cae al suelo?
La creencia popular dice que solo se tiene ese margen de tiempo para recoger el alimento antes de que las bacterias lo afecten irremediablemente. Esta es la respuesta que entrega la ciencia al respecto.
Seguramente le ha pasado a todos a la hora de comer. Ya sea por falta de habilidad o por un mero accidente algún bocado del alimento puede terminar en el suelo.
Y si bien la superficie podría estar repleta de bacterias, existe la creencia popular de que es seguro comer lo perdido, siempre y cuando se recoja lo suficientemente rápido.
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Es que la llamada regla de los 5 segundos se ha extendido por generaciones instalándose como un objeto de debates cuando se comienza a hablar de ella. Mientras unos defienden a rajatabla la postura, otros derechamente la catalogan como una estupidez.
Pero ojo, porque precisamente es la ciencia la que devela el tira y afloja de una de las interrogantes culinarias más grandes en la historia de las preparaciones afectadas por la gravedad.
¿Es realmente efectiva la regla de los 5 segundos de la comida?
En primer instancia lo central es saber qué tan rápido se podrían transferir las bacterias de las superficies a la comida. A eso se refirió el doctor Donald Schaffner de la Universidad de Rutgers, quien realizó un estudio al respecto y obtuvo conclusiones claras.
Resulta ser que la regla de los 5 segundos no es una norma en absoluto. Así, según explica National Geographic, entre más tiempo permanezca la comida en un suelo cubierto con bacterias más de estas se adhieren a la misma. De hecho, tan pronto se toca la superficie ya se suma una buena porción de bichos que es inevitable.
Pero también hay otros detalles a considerar porque resulta ser que los productos húmedos recogen más bacterias que aquellos que son secos. Por ejemplo, la situación empeoraría en frutas antes que productos como panes. Por otro lado, las alfombras transfieren menos que la cerámica.
Ya con la regla desacreditada, la ciencia también explica que no es 100% seguro el comer lo que cayó, aunque a la vez es difícil que una situación así dañe un sistema inmunológico sano. “Si estás en un hospital y se te cae algo, probablemente no quieras comértelo”, planteó el investigador.