De dominatriz a CEO tecnológica: la mujer que creó un algoritmo para cazar a filtradores de fotos íntimas
Tras sufrir la difusión de sus imágenes sin consentimiento, fundó “Image Angel”, una startup que usa marcas de agua forenses invisibles para rastrear el origen de la filtración.

De dominatriz a CEO tecnológica: la mujer que creó un algoritmo para cazar a filtradores de fotos íntimas / Vadym Plysiuk
Madelaine Thomas (37) no encaja en el molde tradicional de una fundadora de startup tecnológica. Durante diez años trabajó como dominatriz profesional, ofreciendo servicios de BDSM consensuado que ella misma describe como “empoderadores”. Sin embargo, su vida dio un giro radical cuando se convirtió en víctima de un delito digital que afecta a millones de mujeres: sus imágenes privadas fueron compartidas sin su consentimiento, informa la BBC.
Lejos de paralizarse, la indignación la llevó a buscar una solución técnica para un problema humano. “Eran fotos hermosas, no me avergüenzo de ellas, me avergüenzo de la manera en la que fueron usadas en mi contra”, afirma Madelaine, quien vive en Gales. Así nació Image Angel, una empresa que hoy es reconocida incluso por la Cámara de los Lores del Reino Unido como una “práctica ejemplar” para la industria.
Tecnología forense contra la impunidad
La innovación de Image Angel radica en el uso de marcas de agua forenses invisibles. ¿Cómo funciona? La tecnología se integra en plataformas donde se comparten imágenes (apps de citas, redes sociales, sitios web). Cuando un usuario visualiza una foto, el sistema le incrusta automáticamente un código único e imperceptible.
Lo revolucionario es su resistencia: esta marca de agua sobrevive a capturas de pantalla, ediciones e incluso a fotografías tomadas con un segundo dispositivo a la pantalla. Si esa imagen se filtra, un especialista puede recuperar los datos ocultos e identificar con precisión quién fue el usuario que traicionó la confianza y difundió el contenido.
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“Esta tecnología ya existe en Hollywood y en las retransmisiones deportivas... lo que cambia es la aplicación”, explica la fundadora, quien colabora con una empresa con 30 años de experiencia tecnológica para garantizar la solidez del sistema.
“No es un error, es abuso”
El problema que ataca Image Angel es masivo. Un informe de Revenge Porn Helpline sugiere que el 1,42% de la población femenina de Reino Unido se ve afectada cada año por la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento.
Madelaine busca combatir el estigma que sufren las víctimas. “Yo espero dignidad, respeto y confianza, y no veo por qué esas cosas deberían ser negociables”, sostiene. Su postura es respaldada por activistas como Jess Davies, quien sufrió filtraciones a los 15 años y recalca que “no es un delito enviar consensuadamente una imagen... pero sí lo es distribuirla sin consentimiento”.
Kate Worthington, de la línea de ayuda SWGFL, valora el aporte de Madelaine: “Es muy importante adoptar un enfoque multinivel... ninguna herramienta por sí sola puede hacer frente a este problema”.
Madelaine, la “anomalía” del mundo tech, ha logrado lo que muchos expertos no pudieron: identificar las lagunas del sistema desde la experiencia propia. “Hacía falta alguien que hubiera pasado por eso para identificar los cambios necesarios”, concluye.
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