Logran reconstruir un rostro gracias al ADN: así luce un hombre de Egipto de hace 4.800 años
Investigadores lograron reconstruir el genoma completo más antiguo hallado en Egipto, datado entre el 2855 y el 2570 a. C.

Renovación de una pirámide causa polémica en Egipto: expertos aseguran que será “un regalo al mundo” / Getty Images
Un esqueleto sellado en una vasija funeraria durante casi cinco milenios acaba de entregar a la ciencia uno de los avances más importantes en el estudio del antiguo Egipto. Gracias al ADN excepcionalmente conservado en sus dientes, investigadores lograron secuenciar por primera vez el genoma completo de un antiguo egipcio, datado entre 2855 y 2570 a. C., durante el inicio del Imperio Antiguo, la misma época en que se erigieron las famosas pirámides.
El cuerpo fue descubierto en 1902 en la necrópolis de Nuwayrat, al sur de El Cairo, y resistió no solo el paso del tiempo y el calor extremo del desierto, sino también los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, cuando se encontraba en Liverpool, Inglaterra.
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Según el estudio publicado por la revista Nature, el individuo —probablemente un alfarero— tenía entre 44 y 64 años al morir y mostraba signos físicos de un trabajo manual exigente. Su entierro en una vasija de cerámica y las marcas en su esqueleto son coherentes con un oficio vinculado a la alfarería.
Una pieza faltante en el mapa genético del pasado
“Este es el ADN egipcio más antiguo jamás secuenciado en su totalidad”, señaló Adeline Morez Jacobs, quien lideró la investigación en la Universidad John Moores de Liverpool. Hasta ahora, solo existían genomas parciales de momias de siglos posteriores. Con este hallazgo, Egipto deja de ser un “punto blanco” en el mapa de la genómica antigua, según los investigadores.
El análisis genético reveló que el 80% de su ascendencia provenía del norte de África, mientras que el resto se vinculaba a pueblos de Asia occidental, como Mesopotamia e Irán occidental. No se detectó linaje de África subsahariana ni del este africano.
Reconstrucción facial y desafíos históricos
A partir del ADN y escaneos 3D del cráneo, se logró también una reconstrucción facial del hombre. Su rostro fue modelado en escala de grises, sin tono de piel ni cabello, para evitar especulaciones. Según los datos genéticos, es probable que tuviera piel oscura, ojos y cabello castaños, aunque los expertos insisten en la cautela ante la limitada información genética disponible de esa época.
“Este rostro no representa a todos los egipcios de la antigüedad, del mismo modo que yo no represento a todos los europeos de hoy”, explicó la antropóloga forense Caroline Wilkinson, a cargo de la reconstrucción.

Ilustración de Caroline Wilkinson, Universidad John Moores de Liverpool/Morez, A. (2025), Nature
Ilustración de Caroline Wilkinson, Universidad John Moores de Liverpool / Mario Andrés Vergara Escobar
Una mirada al pasado con rigor científico
El hallazgo fue celebrado por expertos como Daniel Antoine, del Museo Británico, y Yehia Gad, del Museo Nacional de la Civilización Egipcia. Este último destacó que la investigación confirma el rol de Egipto como “crisol de civilizaciones del Viejo Mundo”.
Aunque se ha especulado si el hombre pudo haber estado relacionado con la construcción de pirámides, los investigadores aclaran que no hay evidencia que lo relacione con esos monumentos, y que se necesita más información genética de otros individuos para establecer vínculos históricos más amplios.
La investigación marca un hito en la genómica egipcia antigua y abre el camino para futuros estudios sobre la migración, mezcla de poblaciones y vida cotidiana en una de las civilizaciones más influyentes de la historia.