¿Destrucción total o daño parcial? Lo que se sabe tras los ataques al programa nuclear de Irán
Evaluaciones satelitales y de inteligencia apuntan a que parte del uranio pudo haber sido evacuado antes de los bombardeos. Washington y Teherán discrepan en los datos.

Getty Images / NurPhoto
Tras los bombardeos lanzados por Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares clave en Irán, la gran incógnita que persiste en el ámbito internacional es qué tan afectado quedó realmente el programa atómico del país persa. Mientras el presidente Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu afirman que las instalaciones fueron “arrasadas”, los informes preliminares del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA) entregan una visión más matizada: hubo daños significativos, pero no se puede hablar de destrucción total.
Los sitios atacados —Fordo, Natanz e Isfahán— son fundamentales en la infraestructura nuclear iraní. Según el OIEA, las centrifugadoras en Fordo ya no están operativas y en Natanz, la mayoría de las cascadas fueron destruidas. La planta de Isfahán también habría sufrido “daños extensos”, afectando instalaciones para conversión de uranio y producción de uranio metálico, componentes clave para fabricar un arma nuclear.
Sin embargo, existen dudas respecto a si parte del uranio enriquecido fue evacuado antes de los ataques. Imágenes satelitales detectaron camiones y movimientos de tierra en Fordo días antes de los bombardeos. Mientras algunos analistas creen que podría haberse tratado de un intento de ocultamiento, otros piensan que fue solo una operación de camuflaje. La Casa Blanca y funcionarios estadounidenses niegan que Irán haya logrado sacar material nuclear del sitio.
Revisa también:

Según el OIEA, Irán contaba con más de 400 kg de uranio enriquecido al 60 % en mayo, suficiente para fabricar varias armas si se refina al 90 %, aunque aún requeriría capacidades técnicas adicionales para construir una ojiva nuclear funcional.
La comunidad internacional sigue sin consenso respecto al impacto real. Israel sostiene que los ataques retrasarán el programa nuclear iraní por años, mientras la evaluación de inteligencia de Estados Unidos sugiere solo un retraso de algunos meses. Los inspectores del OIEA permanecen en Irán, pero no han podido ingresar a las instalaciones debido a razones de seguridad.
Desde Irán, el líder supremo Alí Jamenei ha restado importancia a los ataques y acusado a Trump de exagerar su efectividad. Lo cierto es que, por ahora, el programa nuclear iraní se mantiene en un punto de incertidumbre, con daños comprobables pero sin una evaluación definitiva sobre su capacidad futura de producir armamento atómico.