¿Cirugía o fármacos? Nuevo estudio establece qué método es más efectivo para bajar de peso
Ambas alternativa son populares y tienen resultados positivos, pero ahora la Universidad de Nueva York reveló cuál tiene más efectividad a los dos años.

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Un nuevo estudio de la Universidad de Nueva York (NYU) concluyó que, pese al auge de medicamentos como Ozempic y otros fármacos semaglutida, la cirugía bariátrica sigue siendo significativamente más efectiva para perder peso a largo plazo. La investigación, presentada en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica (ASMBS) 2025, comparó resultados reales entre pacientes tratados con medicamentos y quienes optaron por cirugía.
Cirugía vs. medicamentos
El estudio emparejó a personas tratadas con agonistas GLP-1 —como Ozempic y tirzepatida— con pacientes que se sometieron a bypass gástrico o gastrectomía en manga, controlando variables como edad, índice de masa corporal (IMC) y niveles de glucosa.
Los resultados fueron contundentes: mientras quienes se sometieron a cirugía perdieron en promedio un 25,7% de su peso corporal en dos años, los usuarios de medicamentos apenas lograron una reducción del 5,3%.
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Los investigadores atribuyen parte de la diferencia a la falta de adherencia al tratamiento con fármacos, ya que hasta el 70% de los pacientes abandonan la medicación dentro del primer año, mientras que la cirugía tiene efectos permanentes. Incluso en plazos más cortos, la cirugía mostró resultados superiores.
Beneficios y límites de cada enfoque
Pese a los resultados, el equipo de NYU no desestima el uso de medicamentos como Ozempic, que sigue siendo popular por sus efectos para controlar el apetito y reducir la glucosa en sangre, además de mostrar potencial en la prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, el estudio destaca que los resultados clínicos ideales observados en ensayos controlados (entre 15% y 21% de pérdida de peso con GLP-1) no se replican en la vida real, según señaló Avery Brown, uno de los cirujanos responsables del estudio.
Por su parte, la cirugía, aunque más efectiva, no es una solución mágica: requiere cambios permanentes en la dieta y estilo de vida, y es un procedimiento invasivo. Además, sigue siendo una opción poco utilizada pese a su efectividad: solo una pequeña proporción de quienes califican optan por operarse.
¿Qué sigue para el tratamiento de la obesidad?
El cirujano Karan Chhabra, de la Facultad de Medicina Grossman de NYU, explicó que futuras investigaciones buscarán optimizar el uso de GLP-1, entender qué perfiles de pacientes responden mejor a cada tipo de tratamiento y analizar cómo los costos de bolsillo influyen en la elección y éxito del tratamiento.
Aunque el estudio fue financiado por la ASMBS —entidad interesada en promover la cirugía bariátrica— los resultados aportan evidencia clave para médicos y pacientes que evalúan diferentes estrategias para tratar la obesidad, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo.