Durante el invierno, cuando el frío llega y la lluvia no para, el vino navegado vuelve a aparecer en cocinas y mesas de todo el Chile como una de las preparaciones más tradicionales para capear las bajas temperaturas.

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Se trata de una mezcla sencilla, pero efectiva: vino tinto calentado con azúcar, rodajas de naranja y especias como canela y clavos de olor. El resultado es una bebida dulce, aromática y cálida, ideal para compartir en familia o con amigos.

Parte de su popularidad radica en lo fácil que es prepararlo. No se necesita un vino costoso ni ingredientes difíciles de conseguir. Al calentar el vino, este pierde parte de su carácter original, por lo que son los cítricos y las especias los que terminan definiendo su sabor final.

Además, existen distintas formas de prepararlo: hay quienes lo calientan sin dejar que hierva, para conservar el alcohol; otros prefieren dejarlo hervir unos minutos, o incluso flambearlo, si lo que se busca es reducir su graduación alcohólica.

¿Cómo se prepara?

Para un litro de navegado necesitas:

1 litro de vino tinto

1 taza de azúcar

1 naranja en rodajas (con cáscara, sin pepas)

8 a 10 clavos de olor

3 ramas de canela

Todo va a la olla: vino, azúcar, naranja y especias. Se calienta revolviendo para disolver bien el azúcar, sin dejar que hierva completamente, salvo que se quiera rebajar el grado alcohólico. En ese caso, se puede hervir un poco más o incluso flambear.