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Entre el desahogo azul y la frustración cruzada: el lado B de la victoria de la U en el Clásico Universitario

En ADN.CL te contamos los detalles que marcaron el partido en el Estadio Nacional.

Entre el desahogo azul y la frustración cruzada: el lado B de la victoria de la U en el Clásico Universitario

Entre el desahogo azul y la frustración cruzada: el lado B de la victoria de la U en el Clásico Universitario / VICTOR HUENANTE

En el Clásico Universitario 200 de su historia, la U de Chile se impuso en los descuentos a la UC.

Cerca de 45 mil personas llegaron al Estadio Nacional, incluyendo ADN.CL, que te trae el lado “B” del triunfo azul.

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Reclamos por el arbitraje

Después de 27 minutos pegándose unos a otros, recién en ese minuto cayó la primera cartulina amarilla por una impresentable falta de Branco Ampuero.

El estadio completo aplaudió la decisión del juez Franco Jiménez, a quien le reclamaron toda la tarde su falta de autoridad, pero que salió airoso de su primer Clásico Universitario.

Ampuero y Medel contra el arbitraje

Los dos defensores de la UC reclamaron vehementemente cada uno de los balones divididos en la cancha del Nacional

¡Avancen!

Durante el primer tiempo, cada intento de ataque de la U era criticado por los hinchas presentes en Ñuñoa, que reclamaban por la excesiva pasividad en la salida.

La fiesta en la galería

Con escaso futbol dentro de la cancha, la atención por varios minutos se centró entre los propios hinchas, quienes en el sector sur y norte del estadio prendieron bengalas y lanzaron fuegos de artificio.

El desahogo del gol

Cuando ya varios estaban tomando las vías de acceso para retirarse del estadio, el Tucu Contreras hizo explotar el Nacional.

Mientras varios se quedaron reclamando un posible penal, el ex Everton hizo estallar el recinto deportivo de Ñuñoa.

Castigo para una UC mezquina

Dedicados a hacer tiempo todo el segundo tiempo, y sin ninguna llegada de peligro en el complemento, Universidad Católica se retiró de la cancha con la cabeza baja recibiendo las pifias de los hinchas laicos.

Para peor, una vez terminado el compromiso, Tomás Asta-buruaga buscó a Franco Calderón y le propinó un golpe, ante el cual el argentino no reaccionó. También buscó ir al choque con otros jugadores azules, sin éxito, tratando de descargar su rabia por el error que le costó el partido a su equipo

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