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Decibeles y Power Ballads: así fue el segundo día de Masters of Rock en Chile

Los grupos Queensrÿche, Europe y Scorpions mostraron lo mejor de sus repertorios, en una noche llena de energía y emociones para cerrar un muy buen logrado festival.

IG: @Kena Luppichini

IG: @Kena Luppichini

La segunda jornada de esta versión 2025 del festival Masters of Rock no defraudó a todo el público que abarrotó el Movistar Arena. Y si bien el promedio de edad de los asistentes puede que haya aumentado por el perfil de las bandas, la potencia, la energía, el sonido abismante no decayeron.

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Tras el paso de los chilenos Enigma para calentar los ánimos, llegó el momento de saldar una deuda. Cuando los estadounidenses de Queensrÿche, referentes absolutos del metal progresivo, debutaron en nuestro país en 2008 (Teatro Teletón), fue una noche desafortunada. Problemas técnicos, una interrupción extendida, cambios en el setlist, aquella vez fue un mal debut que se limpió por completo ahora, cuando tuvieron que pasar 17 años.

Y aunque ya no está la voz emblemática de Geoff Tate, el actual vocalista, Todd La Torre hizo que eso no importara, pues posee un timbre de una semejanza considerable, con unos agudos portentosos y una presencia escénica completamente amoldada al sonido complejo y sofisticado del grupo. Y vaya que fue un set intenso, donde no faltaron clásicos granados de su repertorio como “Queen of the Reich”, “Jet City Woman”, “Empire”, “I Don’t Believe in Love”, y la dramática “Operation: Mindcrime”, esta última tomada del álbum conceptual del mismo nombre, que resume muy bien las potencialidades de una banda con ya cuatro décadas de historia.

Llamativamente, no se incluyó la clásica balada “Silent Lucidity”, por lejos lo más conocido de su catálogo, lo que pareció no incomodar a los fans que aplaudieron merecidamente su paso por el escenario.

Los suecos de Europe, que tienen toda una conexión con el público nacional desde 1990, cuando sorprendieron en el Festival de Viña del Mar, fueron el número central. Su hard rock melódico, con ligeros tintes progresivos cautivó a los presentes, donde se notó que muchos habían venido precisamente por ellos.

Aunque la voz del carismático vocalista Joey Tempest ha perdido parte de su brillo, no se quedó atrás en cuanto a energía y como “anfitrión”, incluso soltando varios chilenismos irreproducibles aquí.

Su balanceado setlist incluyó interesante material reciente, regalos para los fans más acérrimos, como “Scream of Anger” del subvalorado álbum ‘Wings of Tomorrow’. Pero la mayoría de los hits de la banda se concentra en dos LPs: ‘The Final Countdown’ (1986) y ‘Out of this World’ (1988), y por cierto que varios de sus cortes estuvieron presentes para un público que los reconoció, los coreó y disfrutó, especialmente sus dos power ballads, “Carrie” y “Open Your Heart”, donde Tempest incluso dejaba espacio para que el público las cantara.

Estando todos los integrantes de aquellos mismos discos, la banda suena espléndidamente afiatada, y deslumbrante fue el trabajo del guitarrista John Norum, poseedor de una brillante técnica. Toda la locura de las masas se desató con los bises, “Cherokee” y la infaltable “The Final Countdown”, que invitó a moverse y saltar al ritmo de ese clásico riff de teclados.

Para el cierre del festival en su totalidad, la experiencia de los alemanes de Scorpions, carta segura para animar a los amantes del rock and roll y el metal. La canción “Coming Home”, con la que abrieron, simboliza el espíritu de lo que fue su presentación, ya que parte como una delicada balada, y en su segunda mitad arremete con toda la fuerza rockera.

Y es que estos músicos son auténticos maestros de las power ballads, entregando nada menos que tres: “Send me an Angel”, la icónica “Wind of Change” y la cautivante “Still Loving You”. Esta terna fue lo más coreado de la noche, lo más aplaudido y donde se percibió la mayor concentración de los espectadores.

Lo anterior, por supuesto, balanceado con los decibeles por las nubes para una selección de demoledores temas como “The Zoo”, “Bad Boys Running Wild”, “Big City Nights”, “Blackout” y el gran cierre a todo pulmón de “Rock You Like a Hurricane”.

La otrora magnífica voz de Klaus Meine se nota más disminuida, pero poco importó. Junto a él, los otros miembros históricos que siguen en esta legendaria agrupación son los guitarristas Rudolf Schneker y Matthias Jabs, que mantienen una certera precisión en los riffs y en sus respectivos solos. Y vaya una mención especial al solo de batería que se mandó Mikkey Dee.

En suma, un tremendo cierre para un encuentro que, esperamos, siga reeditándose en los próximos años.

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