El secreto detrás del humo en los cónclaves: así es el proceso para anunciar al nuevo Papa
Se trata de un proceso ancestral que ha atravesado varios cambios.

Getty Images / Peter Macdiarmid
Tras el fallecimiento del Papa Francisco, los ojos del mundo han estado puestos en el Vaticano, tanto por el funeral del sumo pontífice como por el cónclave.
Todo el proceso de elección de un nuevo papa está cargado de formalismos, rituales y un toque de misterio debido a lo bien cuidado que realiza todo.
Bajo este escenario de expectación, uno de los puntos más llamativos es la forma en que se anuncia a su santidad electa, ya que también se desarrolla bajo un ritual específico.
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Lejos de lo tradicional como lo son las conferencias de prensa, comunicados o notificaciones, toda la atención se centra en una señal ancestral: el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina.
Desde hace más de cien años, esta tradición ha sido la única forma oficial de saber si los cardenales han llegado a un acuerdo dentro del cónclave.
Cada vez que se realiza una ronda de votación, las papeletas son quemadas para mantener el secreto del proceso. Si el humo es negro, significa que no hubo elección. Si es blanco, el mundo tiene un nuevo pontífice.
En sus inicios, la diferencia entre los colores del humo se lograba de forma rudimentaria. Para generar el blanco se quemaban las papeletas junto a paja seca, mientras que la paja húmeda ayudaba a producir el humo oscuro.
Sin embargo, estos métodos no siempre fueron efectivos. En el cónclave de 1958, por ejemplo, una columna de humo blanco salió momentáneamente de la chimenea, lo que provocó júbilo en la plaza y un anuncio prematuro por parte de Radio Vaticano. Minutos después, el humo cambió a negro, ya que la paja húmeda no había prendido correctamente.
Buscando mayor claridad, el Vaticano experimentó con distintos métodos. En los años 60, se utilizaron bombas de humo para el color negro, pero el experimento terminó con los cardenales tosiendo en medio de una densa nube dentro de la capilla.
Más tarde se recurrió a bengalas del ejército italiano, aunque el humo blanco terminaba tornándose gris con rapidez, sembrando dudas entre los observadores.

AFP
Fue recién en 2005 cuando se adoptó un sistema más preciso: un dispositivo auxiliar de emisión de humo que utiliza cartuchos químicos para generar el color deseado durante unos seis minutos.
Por un tiempo, el Vaticano mantuvo en secreto la composición de estos cartuchos, limitándose a declarar que estaban “preparados a partir de varios elementos diferentes”.
Finalmente, se reveló la fórmula que garantiza la nitidez del mensaje al mundo. Según un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano, el sistema cuenta con un compartimento donde “pueden mezclarse compuestos generadores de humo de distintos colores”.
Todo el proceso se activa mediante un panel de control electrónico, mientras las papeletas se queman en una estufa separada.
El humo negro, explicó el Vaticano, se produce a partir de una mezcla de perclorato de potasio, antraceno y azufre. Por su parte, el blanco se genera combinando clorato de potasio, lactosa y colofonia.
