Marcial Sánchez y el próximo cónclave: “Esta elección reflejará una Iglesia en plena transformación”
En conversación con ADN, el académico e historiador, Marcial Sánchez analizó las diferencias entre el cónclave que en 2005 eligió al sucesor del Papa Juan Pablo II y al que este año elegirá al nuevo Sumo Pontífice tras la muerte del Papa Francisco.

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Ante la eventual muerte o renuncia del Papa Francisco, la Iglesia Católica se prepara para un nuevo cónclave que marcará el rumbo espiritual, doctrinal y político de la institución.
En conversación con Radio ADN, el historiador Marcial Sánchez analizó las principales diferencias entre el cónclave que eligió a Benedicto XVI en 2005 y el que deberá definir al sucesor del primer Papa latinoamericano.
“Cada cónclave es expresión del momento histórico de la Iglesia y del mundo”, afirma Sánchez, y bajo esa premisa estructura cinco niveles de contraste entre ambos procesos.
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Contexto eclesial y perfil del pontífice saliente
En 2005, la Iglesia despedía a Juan Pablo II, una figura carismática y doctrinalmente rígida. La elección de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) respondió a la necesidad de continuidad y disciplina. En cambio, el 2025 marca el cierre de una etapa reformista, encabezada por Francisco, un Papa humilde, pastoral y descentralizador, con una fuerte opción por los pobres y las periferias.
Composición del Colegio Cardenalicio
Hace dos décadas, más del 90% de los cardenales habían sido nombrados por Juan Pablo II, en su mayoría europeos e integrados en la curia romana. Hoy, el 73% fue designado por Francisco, muchos provenientes de regiones periféricas como Asia, África y América Latina, con trayectorias marcadas por el trabajo pastoral y la cercanía con realidades sociales complejas.
Visión eclesiológica
El cónclave anterior reafirmó una Iglesia vertical y centralizada. El actual se desarrolla en pleno proceso sinodal, impulsado por Francisco, que promueve una Iglesia participativa y colegiada. “No es solo la elección de un Papa, es una decisión sobre qué rumbo tomará la reforma eclesiástica”, subraya Sánchez.
Reformas internas y tensiones
En 2005, los escándalos de abuso aún no eran asumidos con responsabilidad institucional. Hoy, tras las reformas de Francisco, la transparencia y justicia interna son exigencias clave, junto a debates sobre el rol de la mujer, el celibato, y los ministerios laicales. El nuevo Papa deberá posicionarse frente a estas tensiones.
Contexto global
Mientras en 2005 el mundo aún procesaba el 11-S y conflictos como Irak, el panorama actual es aún más desafiante: guerras activas en Ucrania, Gaza y Sudán, crisis climáticas y migratorias, avances en inteligencia artificial, polarización política y desafección religiosa en Occidente. “La figura papal es hoy más necesaria como voz moral y puente entre pueblos que como una autoridad disciplinar”, concluye Sánchez.
El próximo cónclave, más que una elección de sucesión, será un termómetro del tipo de Iglesia que emergerá frente a los desafíos del siglo XXI.