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Cómo ayudar a anidar a las abejas: el sencillo gesto que puede marcar la diferencia

Muchas abejas solitarias anidan bajo tierra y sus túmulos pueden confundirse con hormigueros. Identificarlos correctamente ayuda a su conservación.

Abejas

Abejas / Getty Images

Más del 70% de las más de 20.000 especies de abejas del mundo anidan bajo tierra. Sin embargo, a diferencia de sus congéneres que construyen panales sobre árboles o estructuras humanas, estas abejas siguen siendo ampliamente desconocidas y poco consideradas en los esfuerzos de conservación.

En un reciente estudio publicado en Austral Entomology, un grupo de científicos australianos reveló hallazgos clave sobre cómo mejorar el hábitat de estas abejas subterráneas, con énfasis en una especie nativa, Lasioglossum (Homalictus) dotatum. El resultado: incorporar grava de roca a jardines y suelos urbanos podría ayudar significativamente a su conservación.

¿Por qué son tan importantes estas abejas?

Estas abejas juegan un rol fundamental como polinizadoras de especies vegetales tanto silvestres como agrícolas. A diferencia de la conocida abeja melífera, L. dotatum vive de forma solitaria, en pequeños nidos que excava bajo tierra, muchas veces en agrupaciones. Son prolíficas visitantes de flores de alto valor ecológico y económico, como los árboles de jarrah o los huertos de palta en Australia.

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Lamentablemente, su hábitat se ve amenazado por la urbanización, el uso de pesticidas, la compactación del suelo y el avance agrícola.

Qué descubrió el estudio

Los investigadores probaron distintos sustratos para identificar las condiciones que favorecen la anidación de L. dotatum. Lo más llamativo fue que estas abejas prefieren anidar bajo capas de grava de roca en lugar de en arena desnuda. Esta elección parece responder a factores como una mejor retención de humedad, protección frente a depredadores y temperaturas más estables.

Además, el estudio mostró que la arena tratada con vapor fue más atractiva que la no tratada, posiblemente porque eliminó microorganismos o contaminantes que disuaden la anidación.

¿Cómo puedes ayudar?

Aunque el estudio se centró en una especie australiana, sus conclusiones son aplicables a muchas abejas que anidan en el suelo alrededor del mundo. Aquí algunas acciones simples que puedes tomar:

  • Incorpora grava de roca en tu jardín o macetas para generar microhábitats propicios.
  • Evita compactar los suelos o cubrirlos completamente con césped o cemento.
  • No confundas los pequeños túmulos de tierra con hormigueros y no uses pesticidas en esas zonas.
  • Usa plantas nativas en tu jardín para atraer y alimentar a las abejas locales.
  • Difunde información sobre las abejas del suelo, menos conocidas pero igual de cruciales que las melíferas.

La investigadora Kit Prendergast, parte del equipo autor del estudio, resumió el hallazgo de forma clara: “Al proteger a las abejas que anidan bajo tierra, estamos protegiendo la base misma de nuestros ecosistemas”.

Una capa de grava podría parecer un gesto menor. Pero para las abejas del suelo, puede marcar la diferencia entre un terreno hostil y un hogar seguro.

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