Qué es el microcheating, la “traición” que podría estar arruinando tu relación sin que lo notes
“Este tipo de comportamiento puede caer en una zona gris ética”, explican los expertos en el tema. Conoce aquí un par de ejemplos y cómo enfrentar el escenario.

Si bien el concepto de infidelidad es ampliamente conocido por la mayoría de las parejas —si no por todas—, también es importante considerar la existencia de otro término: el microcheating, que en español se traduce como “microengaño”.
Según explica el sitio especializado Psychology Today, la palabra se entiende como “pequeñas violaciones de confianza en una relación que no llegan a convertirse en una aventura física”.
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Así los comportamientos podrían llevar a alguien a cuestionar el compromiso emocional o físico de su pareja con el vínculo afectivo que ya se tiene.
Por ejemplo, un hombre o una mujer podrían incurrir en esta práctica al sacarse el anillo de bodas al salir de casa solo o derechamente comunicarse en secreto con su expareja por internet.
“Este tipo de comportamiento puede caer en una zona gris ética. Por lo tanto, a veces es difícil identificarlo, confrontarlo y hablar sobre él”, explica la misma página web.
Así, si bien la definición de microcheating puede variar según la relación que se tenga, y el nivel de confianza, espacios como VeryWellMind entregan algunos comportamientos clásicos que podrían calzar con la definición.
Estos son los ejemplos clásicos de microcheating entre las parejas
- Coquetear con alguien fuera de la relación, ya sea a través de gestos, miradas o conversaciones con doble sentido.
- Enviar mensajes por redes sociales con un tono coqueto o comentarle constantemente las fotos a alguien.
- Hacerle cumplidos especiales a otra persona, dándole una atención que normalmente se reserva para la pareja.
- Regalar (o recibir) detalles con una carga romántica o emocional.
- Compartir secretos, emociones o pensamientos íntimos con alguien más, como si fuera un confidente.
- Tener contacto físico que va más allá de lo amistoso: abrazos prolongados, roces o incluso besos.
- Fantasear demasiado con otra persona o pensar en cómo sería una relación con ella.
- Mantener un perfil activo en apps de citas, incluso sin intención de concretar nada, solo “por si acaso”.

MAURO PIMENTEL
Según la terapeuta matrimonial y escritora, Claudia de Llano, existen algunas estrategias que ayudarían a afrontar un escenario así. En principio, y más allá del enojo o el sentimiento de inseguridad, sería bueno calmarse para procesar la situación.
Otros tips posteriores que se podrían considerar inclueyn:
- Hablar del problema: Crea un espacio seguro para la conversación, establece reglas sobre cómo hablar y ser escuchados. Comparte tus sentimientos y escucha la versión de tu pareja.
- Definir los límites: Después de discutir, trabajen juntos para redefinir los límites de la relación, decidiendo qué es aceptable y qué no.
- Fortalecer el vínculo: El problema no significa el fin de la relación, pero requiere asumir responsabilidad, enmendar errores y mejorar la comunicación para restablecer la conexión emocional.
- Buscar apoyo: Si el problema te afecta mucho, considera la terapia individual o de pareja para procesar emociones y fortalecer la relación.