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“Una nueva forma de pensar”: el increíble fenómeno climático que habría originado la vida en la Tierra, según estudio

“Proponemos que se trata de un nuevo mecanismo para la síntesis prebiótica de moléculas que constituyen los ladrillos de la vida”, señaló el experto Richard Zare.

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Una investigación realizada por la Universidad de Stanford propuso un suceso que habría originado uno de los enigmas más grandes de la historia.

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Hablamos del origen de la vida, una de las preguntas que el humano se ha realizado por millones de años, y que tendría su respuesta en un evento climático.

Según la investigación, las primeras moléculas necesarias para la vida en la Tierra podrían haberse creado por destellos de “microrrelámpagos” entre gotas de agua.

El estudio demuestra otra visión sobre los inicios de la vida en la Tierra. Concretamente, sugiere que es posible que no empezara con un dramático relámpago en el océano, sino a partir de muchos pequeños intercambios de “microrrelámpagos” entre gotas de agua procedentes de cascadas u olas rompientes.

Esta es una nueva forma de pensar sobre cómo se formaron los componentes básicos de la vida”, afirma Richard Zare, catedrático de Ciencias Naturales Marguerite Blake Wilbur y profesor de Química en la Facultad de Humanidades y Ciencias de Stanford, institución que ha realizado el estudio y que recoge la revista Science Advances.

Un vacío sobre el origen de la vida en la Tierra

En la comunidad científica, existe un desconocimiento sobre cómo gases simples reaccionaron para crear moléculas orgánicas de carbono y nitrógeno unidos entre sí, como proteínas y enzimas, de las que depende la vida tal y como la conocemos.

“Si observamos los gases que se creía que existían en la Tierra primitiva, no contienen enlaces carbono-nitrógeno”, insiste Zare, autor principal del estudio. “Son gases como el metano, el agua, el amoníaco y el nitrógeno”, indica.

Según recoge New Scientist, los experimentos de Stanley Miller y Harold Urey en 1952 fueron los primeros que revelaron que la electricidad podía convertir el agua y otros gases en las moléculas orgánicas necesarias. No obstante, su hipótesis era que la energía eléctrica provenía de los rayos, una idea no compartida por muchos por las bajas probabilidades que un rayo cayese sobre una alta concentración de gases en los océanos hace 4 mil millones de años.

Ahora, el presente estudio añade pruebas y un nuevo punto de vista a la controvertida hipótesis de Miller-Urey, que sostenía que la vida en el planeta comenzó a partir del impacto de un rayo.

“Pulverización de agua”

En el estudio actual, los investigadores descubrieron que la pulverización de agua, que produce pequeñas cargas eléctricas, podía ser la clave, al hacer ese trabajo por sí sola, sin necesidad de añadir electricidad.

Zare y sus colegas rociaron gotas de agua en una mezcla de metano, dióxido de carbono, amoníaco y nitrógeno gaseoso, demostrando que puede dar lugar a la formación de moléculas orgánicas con enlaces carbono-nitrógeno, sin necesidad de una fuente de electricidad externa.

Así, las gotas en el agua pulverizada producen pequeñas cargas eléctricas, explica Zare. “Las gotas más pequeñas tienen carga negativa, las más grandes tienen carga positiva”, según se describe en StanfordReport. “Esto se debe al llamado efecto Lenard, en el que las gotas de agua, como las de una cascada, chocan y se rompen, generando una carga eléctrica”, indican desde New Scientist.

Usando cámaras de alta velocidad, Zare y su equipo descubrieron que cuando gotas con carga opuesta se acercan lo suficiente, pequeños destellos de electricidad saltan entre ellas, lo que llamaron “microrrelámpagos”.

“Las descargas microeléctricas entre microgotas de agua con cargas opuestas producen todas las moléculas orgánicas observadas anteriormente en el experimento de Miller-Urey, y proponemos que se trata de un nuevo mecanismo para la síntesis prebiótica de moléculas que constituyen los ladrillos de la vida”, señala Zare.

“El estudio sugiere que los microrrelámpagos habrían sido abundantes en los entornos ricos en agua de la Tierra primitiva y podrían haber impulsado la química prebiótica, especialmente donde otras fuentes de energía, como los rayos o la radiación ultravioleta, eran escasas”, dice Kumar Vanka del Laboratorio Químico Nacional en Pune, India, que no participó en el estudio.

Me sorprende que los microrrelámpagos puedan iniciar procesos químicos a partir del nitrógeno. Sin embargo, las observaciones reportadas son convincentes”, sostiene Verónica Vaida, de la Universidad de Colorado en Boulder. “Aportan un nuevo y aún no reportado papel del agua en el origen de la vida”, dice esta investigadora, que tampoco participó en la investigación.

Vaida cree que el trabajo también tiene implicaciones para la búsqueda de vida más allá de la Tierra. “Podríamos tener que buscar lugares donde pequeñas gotas de agua colisionen”, recogen desde New Scientist.

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