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Un auspicioso inicio de temporada en el Municipal con Paolo Bortolameolli

El director de orquesta chileno, reciente jurado en el Festival de Viña, lideró a la Filarmónica de Santiago en un aplaudido concierto con obras de Tchaikovsky, Shostakovich y la joven creadora Florencia Novoa.

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Un auspicioso inicio de temporada en el Municipal con Paolo Bortolameolli

Un auspicioso inicio de temporada en el Municipal con Paolo Bortolameolli / Juan Millán

El anuncio en enero pasado como el próximo director musical del Municipal de Santiago más su paso como jurado en el Festival de Viña del Mar, lo han tenido muy presente mediáticamente, y en cada nota y entrevista aflorada ha reflejado carisma, pasión por la música de tradición escrita, y las ansias de acercarla a públicos más amplios.

Estas cualidades de Paolo Bortolameolli se cristalizaron en el concierto inaugural de temporada del Municipal que él dirigió, ya como director titular designado de la Orquesta Filarmónica de Santiago, rol que asumirá plenamente en enero de 2026. Igualmente se sintió como una especie de bienvenida, en un concierto fuertemente aplaudido y con excelente marco de público, que incluyó diversas personalidades de la cultura y las comunicaciones, y al alcalde de la comuna, Mario Desbordes.

El programa resultó contundente, y haciendo uso de un recurso ya habitual en él, el maestro chileno explicó al inicio las otras obras ofrecidas. En primer término, la pieza ‘Manará’ de la joven compositora nacional Florencia Novoa, quien recientemente conversó con ADN acerca de una partitura, que definitivamente merecía volverse a escuchar (fue estrenada el año antepasado).

Es música que a través de sugerentes texturas, logra mantener la atención auditiva, complementándose con pasajes centrados en el aspecto rítmico, y que dan pie para que el director juegue con dinámicas y planos sonoros. La compositora salió a escena a saludar, para recibir un caluroso aplauso.

ADN

Juan Millán

Una apertura de temporada necesita una obra reconocida, un “hit”, y eso llegó con el Concierto para Piano No.1 Op.23 de Pyotr Ilich Tchaikovsky. En su debut en Chile, el pianista macedonio Simon Trpčeski abordó el rol protagónico de manera sorprendente, resultando en una interpretación fresca, novedosa incluso, que se realzó gracias a la buena química que se produjo entre él, Bortolameolli y la orquesta.

Trpčeski hizo gala de una técnica muy acabada en el teclado, pero siempre dejando que el material se luzca claramente. Para nada fue algo rutinario, teniendo en cuenta que es una obra que se programa constantemente. Aún así, todavía sigue en deuda el maravilloso y menos conocido Concierto No.2 del compositor ruso, que esperamos oír algún día por estos lados.

Lo más impactante se ubicó al final, con la Sinfonía No.5 de Dmitri Shostakovich. Es una obra que Bortolameolli conoce muy bien, y se notó la maduración en la concepción del director sobre la partitura. Cada detalle, cada recoveco de esta música resultó sin desperdicio alguno.

Brillante la interpretación de la orquesta, y los solos de Katharina Paslawski (cello), Carlos Enguix (flauta) y Jorge Pinzón (oboe). El punto alto se vivió con el movimiento lento (Largo), en que el director pintó un cuadro extremadamente vívido de soledad y paralizantes claroscuros sonoros. De todas maneras, se trató de un auspicioso inicio de año para la orquesta y el emblemático teatro.

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