Estas son algunas estrategias para reducir el consumo del aire acondicionado sin perder confort
Revisa los momentos claves del día para apagarlo y resguardar el gasto.

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Poco a poco nos acercamos al fin del verano, pero eso no significa que también nos despedimos del calor, ya que las altas temperaturas continuarán por algunas semanas.
Frente a este escenario, tal como ha ocurrido en los últimos meses, el aire acondicionado es un gran aliado para hacer que esos días calurosos sean más agradables bajo techo.
Sin embargo, un punto no menor a tener en cuenta es que se trata de uno de los electrodomésticos con mayor consumo, sobre todo cuando su uso es prolongado.
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Es por esto que resulta clave conocer las maneras para optimizar su uso y marcar una diferencia significativa en la factura eléctrica, así como en la eficiencia energética del hogar.
Expertos en eficiencia energética recomiendan identificar los momentos más adecuados para apagarlo, aprovechando factores como la temperatura exterior, la ventilación natural y la inercia térmica de los espacios.
“Los periodos más idóneos para apagarlo suelen ser en la madrugada y en la noche, cuando la temperatura ambiente es más baja”, destacan. A continuación te contamos sobre esos momentos claves.
Mejores horarios para apagarlo
Durante las primeras horas del día, antes de las 09:00 horas, la temperatura suele ser más baja, lo que facilita mantener los espacios frescos con ventilación natural.
En este periodo, abrir ventanas y permitir la circulación de aire puede ser una estrategia efectiva para reducir el consumo energético sin sacrificar el confort térmico.
En caso de mantener el aire acondicionado encendido en la mañana, se recomienda regular la temperatura a un nivel moderado. Ajustar el termostato entre 24 y 26°C ayuda a equilibrar la sensación de frescura sin un uso excesivo del equipo.
Uso durante la tarde
Durante la tarde se viven las horas de mayor calor, por lo que apagar el aire acondicionado no siempre es la mejor opción.
No obstante, si se han tomado medidas para conservar el frescor desde la mañana, como el uso de cortinas térmicas, es posible reducir la potencia del aparato o apagarlo temporalmente.
Otra estrategia efectiva es complementar su uso con ventiladores, que consumen menos energía y pueden ayudar a distribuir el aire fresco acumulado, reduciendo así el tiempo de funcionamiento del sistema de refrigeración.

Witthaya Prasongsin
Al terminar el día
En muchas regiones, las temperaturas descienden por la noche, lo que permite apagar el aire acondicionado y aprovechar la ventilación natural.
Si las condiciones climáticas y de seguridad lo permiten, abrir ventanas para generar corrientes de aire, al igual que en la mañana, es una alternativa eficiente.
Para quienes prefieren dormir con el aire acondicionado encendido, una opción recomendable es programarlo para que se apague unas horas después de conciliar el sueño. Muchos dispositivos cuentan con temporizadores o funciones inteligentes que ajustan su funcionamiento según la temperatura nocturna.
La importancia del mantenimiento
Un aire acondicionado en buen estado consume menos energía que uno con filtros sucios o componentes obstruidos.
Es por eso que algunos fabricantes y expertos sugieren limpiar los filtros regularmente con una aspiradora y agua jabonosa, asegurándose de que estén completamente secos antes de reinstalarlos.
Además, es fundamental inspeccionar las bobinas del evaporador para evitar la acumulación de polvo y revisar la unidad exterior, asegurándose de que esté libre de hojas y suciedad.
También se recomienda comprobar que el drenaje no esté bloqueado, ya que esto podría afectar el rendimiento del aparato.
Regular el termostato
Tal como te contamos hace un tiempo, y es de conocimiento lógico, el termostato juega un papel clave en la eficiencia del aire acondicionado.
“Mantenerlo entre 24 y 26°C puede generar ahorros significativos sin comprometer el confort”, afirman los fabricantes.
El uso de termostatos programables también permite ajustar los horarios de funcionamiento según las necesidades de cada espacio.
En caso de que el termostato no mantenga la temperatura deseada o presente inconsistencias, se recomienda verificar sus baterías y reemplazarlas si es necesario.
Ante fallas persistentes, lo mejor es acudir a un técnico para evitar un consumo ineficiente de energía.