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A 15 años del “27F”: las cicatrices y aprendizajes que dejó el terremoto en el Biobío, contadas por sus protagonistas

El movimiento telúrico se convirtió en la peor catástrofe natural en Chile desde el terremoto de Valdivia en 1960.

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Hace exactamente 15 años, a las 03:34 de la madrugada del 27 de febrero de 2010, Chile vivió una de las tragedias más devastadoras de su historia.

Un terremoto de magnitud 8,8, con epicentro a 150 kilómetros al noroeste de Concepción, región del Biobío, que remeció violentamente el país por casi cuatro minutos, dejando un saldo de 550 fallecidos y más de dos millones de damnificados.

La catástrofe se vio agravada por un tsunami que impactó las localidades costeras, donde cerca de 500 mil viviendas resultaron gravemente dañadas, convirtiéndose en la peor catástrofe natural en Chile desde el terremoto de Valdivia en 1960.

El caso de Alto Río: Un dolor que persiste

Uno de los episodios más trágicos del terremoto fue el colapso del edificio Alto Río en Concepción, donde murieron nueve personas. Entre ellas, José Luis León, un joven santiaguino que en diciembre del 2009 había comprado un departamento con la esperanza de compartirlo con su familia.

Tras el sismo, su teléfono dejó de responder y, luego de 11 días de intensa búsqueda, su cuerpo fue hallado entre las escaleras por los equipos de rescate. Fue la última víctima recuperada de los escombros.

Bárbara, su hermana, tenía solo 13 años en ese entonces. Hoy, con 28 años, recuerda con dolor aquel momento y denuncia que su familia sigue recibiendo cobros millonarios de contribuciones por un departamento que nunca pudieron habitar.

“Nosotros no tenemos familia en Concepción, entonces era un viaje a la deriva, a la nada, no íbamos a tener dónde llegar. Mis papás se organizaron con temas de agua, un poco de mercadería, y viajaron a la incertidumbre que había en Concepción”, señaló.

“Una vez que mi papá llegó, se enfrentó a este edificio que estaba colapsado. Decidió hacer vida allá porque se enamoró de Concepción, él amaba Concepción. Su misión de comprar el departamento era que nosotros nos pudiéramos ir a vivir con él. Y actualmente hay una deuda de 500 millones de pesos que es de interés también sobre contribuciones“, agregó.

El testimonio de un rescatista de Bomberos: “La gran emergencia de mi vida”

Felipe Moraga Goic, es odontólogo y tiene 36 años. El 2010 tenía 21 cuando, como voluntario de la Séptima Compañía de Bomberos de Concepción, participó en las labores de emergencia tras el sismo.

Aquella madrugada, fue el conductor designado de un carro bomba que inicialmente acudió al incendio de la Facultad de Química de la Universidad de Concepción. Posteriormente, se sumó al rescate de personas atrapadas en Alto Río.

A 15 años del desastre, asegura que esta fue “la gran emergencia de su vida”, y reconoce que el impacto psicológico de esos días lo marcó profundamente.

A primera hora logramos rescatar a una veintena de personas, y fue duro. Yo recuerdo que hubo muchas noches, incluso por meses, que yo dormía con la luz prendida, con una mochila con cosas básicas en caso de que pasara algo”, declaró.

“Recuerdo que un par de veces me quebré con compañeros de la bomba al hablar de lo que ocurrió ese 27 de febrero. Nosotros tenemos algunos psicólogos bomberos en la compañía que ofrecieron hacer terapia grupal para conversar”, sostuvo.

Reconstrucción y aprendizajes

Mientras que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) reconoce que el terremoto significó un retroceso en infraestructura y conectividad en diversas zonas del país.

No obstante, destaca que los años posteriores permitieron una recuperación progresiva y una transformación significativa, sobre todo en el borde costero de Talcahuano, Lota y Coronel.

Además, enfatizaron que el 27F dejó lecciones clave en materia de planificación urbana y construcción. Así lo señaló el Seremi de Obras Públicas en la región del Biobío, Hugo Cautivo, en conversación con Radio ADN.

“Estuvimos años concentrados en materia de desarrollo de infraestructura que significara precisamente la recuperación de lo que teníamos, pero hoy día estamos con una visión distinta”, afirmó.

Poco a poco el Ministerio de Obras Públicas, con un compromiso enorme desde el punto de vista de lo que significa el desarrollo territorial, con equidad de la región, ha comenzado no solamente a restaurar lo que fueron sus heridas, sino que a pensar en futuro, y, por tanto, hoy día estamos con un nuevo rostro en la región, un nuevo rostro que se expresa en todo lo que significa la inversión en materia de bordes costeros, que fue una de las mayores zonas afectadas", prosiguió.

A 15 años del terremoto, Chile recuerda con dolor a sus víctimas. Tragedia que dejó aprendizajes que han sido fundamentales para la resiliencia del país frente a futuros desastres.

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