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Gissella Gallardo enfrenta millonarios gastos por arrendataria fugitiva: la mujer que vivía ahí dejó de pagar y arrancó

La panelista de “Hay que decirlo” además encontró el inmueble con importantes daños.

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Invertir en propiedades parecía ser una decisión acertada para Gissella Gallardo, quien optó por comprar departamentos en la capital para generar ingresos a través del arriendo.

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Sin embargo, una mala experiencia con un arrendatario le generó una gran deuda y destrozos en uno de sus inmuebles, situación que decidió exponer públicamente.

Hace ocho meses, la panelista de Hay que decirlo logró arrendar un departamento de un dormitorio en Estación Central a una mujer venezolana, quien presentó como aval a su hermano. Todo parecía ir bien, pero hace tres meses dejó de recibir el pago del arriendo, que ascendía a $260.000 mensuales.

En vista de que no pagaban, el corredor la llamó para que dejara la propiedad y nunca atendió. Cuando fue la corredora a tocar la puerta se enteraron de que ya no había nadie viviendo ahí. No avisaron que se habían ido”, relató la comunicadora a LUN.

Tras investigar lo ocurrido, se percató de que la inquilina había sacado sus pertenencias poco a poco, en horarios donde los conserjes dormían, sin que nadie notara su salida.

Daños y millonaria deuda

Al ingresar al departamento –para lo cual debieron romper la chapa– Gissella Gallardo se encontró con un panorama desolador. “Todo estaba a mal traer. Las condiciones en que lo dejaron: las puertas rotas, la alfombra asquerosa, las paredes también (...) Hasta las cañerías estaban rotas. Puros destrozos”, explicó.

A esto se sumó una importante deuda en servicios básicos, con registros de $386.420 en luz y $332.470 en gastos comunes, además del dividendo que ella debía seguir pagando.

Casi se me cae el pelo cuando vi que no solo habían dejado de pagar el arriendo, sino que los gastos comunes, y todos los servicios básicos”, señaló.

Pese a que el contrato de arriendo contaba con un aval, este ha evitado asumir responsabilidades. “Claro, que se supone que es el hermano de quien me lo arrendó, pero se niega a contestar. Encuentro injusto que esto sea así”, afirmó.

Ahora, la comunicadora evalúa interponer una demanda, aunque se enfrenta a un gran obstáculo: “No hay registro de la arrendataria y el aval dice que no es”.

Mientras tanto, la panelista de "Hay que decirlo" tuvo que cubrir todos los costos, incluyendo reparaciones que ya suman casi 3 millones de pesos. “Gracias a Dios lo he podido pagar”, concluyó.

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