Armagedón o Impacto Profundo: Estas son las defensas que tiene la humanidad frente al posible impacto de un asteroide
La NASA y la ESA han desarrollado planes que incluyen estrellar naves espaciales, usar láseres o incluso detonar bombas nucleares.
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Las probabilidades de que el asteroide 2024 YR4 impacte la Tierra el 22 de diciembre de 20323,1%, la cifra más alta registrada para un objeto han aumentado a un de este tamaño en tiempos modernos, según la NASA.
Sin embargo, los expertos insisten en que no hay motivo para entrar en pánico y que la humanidad cuenta con diversas estrategias para desviar o destruir la roca espacial en caso de que las probabilidades de impacto sigan aumentando.
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“No estamos indefensos”, enfatizó Richard Moissl, director de la Oficina de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Estrategias para desviar un asteroide
Si bien las probabilidades de impacto suelen reducirse a medida que se recopilan más datos, las agencias espaciales han desarrollado múltiples planes de acción para alterar la trayectoria de un asteroide.
El cinenos ha mostrado diversas formas teóricas de enfrentar uno de estos pelígros. Ya sea enviando un equipo de perforadores a cargo de Bruce Willis para implantar una bomba atómica o construir bunkers para esperar que pase el posible invierno nuclear provocado por el impacto, son varios los planes qen carpeta:
1. Impacto cinético: estrellar una nave espacial contra el asteroide
En 2022, la NASA probó con éxito la estrategia de impacto cinético a través de la misión DART (Double Asteroid Redirection Test), que impactó deliberadamente contra el asteroide Dimorphos, alterando su órbita.
Este método no destruye el asteroide, pero su impacto puede cambiar su trayectoria lo suficiente como para desviarlo de la Tierra.
2. El “tractor de gravedad” y la manipulación con iones
Otra opción sería utilizar una nave espacial de gran masa para volar cerca del asteroide y utilizar su atracción gravitatoria para alejarlo de su curso.
Una variante de este método es colocar una nave espacial con propulsores de iones, que genere un flujo continuo de partículas dirigidas hacia el asteroide para empujarlo suavemente fuera de su trayectoria.
3. Cambiar su reflectividad con pintura
Algunos científicos han planteado la posibilidad de rociar con pintura blanca una parte del asteroide.
Esto aumentaría su reflectividad, haciendo que la luz del Sol genere un empuje gradual sobre su superficie, desviándolo lentamente de su órbita original.
Sin embargo, esta estrategia requiere mucho tiempo y debe implementarse con años de anticipación.
La opción nuclear: un último recurso
Si las opciones anteriores fallan, detonar una bomba nuclear cerca del asteroide podría ser una alternativa.
“En lugar de perforar un arma nuclear dentro del asteroide, como en la película ‘Armageddon’, lo más viable sería detonar la bomba a una distancia segura”, explicaron los investigadores.
Los experimentos han demostrado que los rayos X de la explosión nuclear podrían vaporizar la superficie del asteroide, generando un empuje que lo desviaría de su curso.
Sin embargo, esta estrategia presenta riesgos significativos, como la fragmentación del asteroide en múltiples partes que podrían impactar la Tierra en diferentes lugares.
Además, el uso de armas nucleares en el espacio plantea desafíos políticos, legales y éticos.
Láseres: una alternativa experimental
Otra opción en desarrollo es el uso de rayos láser para vaporizar pequeñas partes del asteroide.
Este método, similar a la opción nuclear pero menos destructivo, podría generar suficiente empuje para alterar su trayectoria sin romper la roca en múltiples fragmentos.
Si bien los experimentos de laboratorio sugieren que esta técnica es viable, aún no se considera una estrategia principal para la defensa planetaria.
¿Y si todas las opciones fallan?
Si el asteroide no puede ser desviado, la humanidad aún tendría más de siete años para prepararse para el impacto.
Los expertos enfatizan que 2024 YR4 no es un “destructor de planetas”, sino que su impacto podría devastar una ciudad entera.
En caso de que las probabilidades de impacto aumenten, la última línea de defensa sería determinar la zona de colisión y preparar evacuaciones masivas si el área estuviera poblada.
“Siete años y medio es mucho tiempo para prepararse”, subrayó Moissl, recordando que el 97% de probabilidades indican que el asteroide no impactará la Tierra.
No obstante, el estudio de estos eventos permite a los científicos mejorar las estrategias de defensa planetaria y estar listos para enfrentar futuras amenazas espaciales.
