Científicos revelan cuál es el mejor ejercicio para el cuerpo y para la mente

Existe un deporte que combina beneficios físicos y mentales de manera única, convirtiéndose en una de las prácticas más completas para mejorar la calidad de vida. Aunque su nombre no siempre es el primero que viene a la mente, sus efectos son innegables. ¿De qué actividad estamos hablando?

Este deporte, que trabaja todo el organismo, es ideal para personas de todas las edades y niveles de condición física. Su naturaleza aeróbica fortalece el corazón, mejora la capacidad respiratoria y ayuda a controlar factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol alto y la obesidad.

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Además, su bajo impacto lo hace accesible incluso para quienes padecen problemas de movilidad o lesiones articulares.

Este es el mejor deporte para el cuerpo y la mente, según la ciencia

El misterioso deporte en cuestión es la natación. Según la Fundación Española del Corazón, nadar no solo fortalece el sistema cardiovascular, sino que también reduce la presión arterial y mejora la circulación.

La posición horizontal en el agua facilita el retorno venoso, mientras que el esfuerzo respiratorio fortalece el músculo cardíaco y los pulmones.

• Fortalece el corazón: El ventrículo izquierdo, encargado de bombear sangre oxigenada, se beneficia especialmente de este ejercicio.
• Trabaja todos los músculos: Desde el cuello hasta los glúteos, la natación involucra prácticamente todos los grupos musculares, mejorando la coordinación y la fuerza sin el desgaste típico de otros deportes.

Beneficios para la mente

Además de sus efectos físicos, la natación tiene un impacto profundo en la salud mental. Este ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, promoviendo la liberación de hormonas como la serotonina y la dopamina, que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.

• Efecto meditativo: La respiración rítmica y el entorno acuático generan un efecto relajante que alivia la ansiedad y la depresión.
• Mejora cognitiva: Estudios sugieren que la natación puede ayudar a prevenir trastornos cognitivos asociados con el envejecimiento, como el Alzheimer.

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