Sinfónica Nacional celebró sus 84 años ad portas de inaugurar su nueva sala

Un imperdible veraniego para los amantes de la música clásica es el concierto de aniversario de la Orquesta Sinfónica nacional de Chile, recordando el hito de aquel lejano 7 de enero de 1941, cuando la agrupación del estado realizó su primera presentación.

Son 84 años los que cumplió, y el plantel ya se prepara para lo que se anticipa como un nuevo y gran momento histórico: la inauguración de su nueva sala de conciertos en el espacio Vicuña Mackenna 20 (VM20), la que se espera cuente con una acústica de excelencia, que refleje el nivel sonoro del conjunto, tal como las salas de las mejores orquestas del mundo. Hasta el momento, en el mes de junio comenzarían los conciertos ahí.

Por mientras, la OSNCH sigue en el Teatro Universidad de Chile, donde esta fecha cumpleañera estuvo bajo la batuta de su titular, maestro Rodolfo Saglimbeni. Tras discursos de Dominique Thomann, la directora del CEAC U. Chile, entidad que administra la orquesta; y de Alberto Dourthé, uno de sus dos concertinos; llegó el momento de la música.

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El joven fagotista Efraín Vidal, integrante de la orquesta, salió al frente para oficiar de solista en el Concierto en Fa mayor Op. 75 de Carl Maria von Weber. Es una partitura que aprovecha el grave timbre del instrumento, a la vez que refleja la sensibilidad operática de este romántico compositor, cuyos grandes aportes fueron precisamente óperas, como ‘El Cazador Furtivo’ y ‘Oberon’.

Vidal y la orquesta actuaron de manera muy conjuntada, siendo muy persuasivos sobre las bondades de la obra. Particularmente sobrecogedor resultó el segundo movimiento, muy claro en su concepción melódico, y lleno de sensibilidad por parte de solista y sus compañeros. El sonoro aplauso que se llevó el fagotista llevó a un bis, una pieza propia de él para su instrumento solo, inspirado por el vals peruano.

En la segunda parte, un repertorio que Saglimbeni maneja muy bien, el del impresionismo francés. “La flauta del fauno despertó la música moderna”, diría Pierre Boulez, sobre el ‘Preludio a la Siesta de un Fauno’, la magistral pieza de Claude Debussy, que de hecho es precursora del modernismo y que transporta al oyente de manera tan efectiva al mundo onírico del poema de Mallarmé en que está inspirada. Una cristalina versión que resultó muy vívida.

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Y para el cierre, toda la orquesta a full, para la portentosa ‘La Valse’ de Maurice Ravel. Más que un mero vals orquestal, refleja a alguien que está soñando con una escena de esta popular danza. Contrastes afilados, brillantez tímbrica y un hercúleo sonido global, que vuelve a reafirmar lo que puede lograr la orquesta, ya pronto a poder presentarse en un espacio que hará justicia a sus capacidades.

¡Feliz cumpleaños, Orquesta Sinfónica Nacional de Chile!