FOTOS. Sentado en la calle con dos bolsas: Así fue la salida de Jorge Valdivia desde la cárcel tras tenso retraso
El futbolista fue liberado pasadas las 23.30 horas, instante donde nadie llegó a buscarlo. Por eso, tuvo que esperar solo, ante el asedio de la prensa.
Es una imagen que quedará en la retina de varios. Jorge Valdivia, sentado en la calle, con dos bolsas reutilizables, esperando que alguien lo llegara a buscar a la cárcel de Rancagua.
Es que tras un tenso retraso, que hizo pensar que el Mago solo recobraría su libertad a primera hora del martes, finalmente fue despedido del lugar a eso de las 23.30 horas.
Un horario que sorprendió incluso a sus cercanos, ya que solo minutos antes Claudio, su hermano, arremetía en redes sociales, reclamando porque aún no dejaban salir a su hermano, pese a que la segunda sala de la Corte Suprema había acogido el recurso de amparo para que cumpliera arresto domiciliario nocturno.
“¿Alguien sabe por qué razón Jorge Valdivia sigue en prisión preventiva si ya la Corte Suprema revocó la cautelar? Todo el país sabe que debe salir de prisión y sigue preso. ¿Quién es el responsable de que aún no den libertad a un imputado preso que recibió su libertad?... otra ilegalidad del sistema penal de nuestro país. Mi hermano sigue preso teniendo orden de libertad inmediata”, indicó.
La salida de Jorge Valdivia de la cárcel
Así, tras esta controversia, finalmente Jorge fue liberado casi a la medianoche, instante donde salió caminando del penal hasta la calle, minuto en que tuvo que esperar que alguien acudiera a buscarlo.
Veinte minutos después, y luego de sentarse allí con dos bolsas reutilizables y permanecer en silencio frente a las cámaras, arribó al lugar Paula Vidal, su abogada.
Y fue ella quien lo trasladó a Santiago, donde se especuló que debería cumplir la nueva medida nada menos que en la casa de Daniela Aránguiz, en Lo Barnechea.
Eso sí, antes de dejar el frontis del recinto carcelario, Jorge Valdivia expresó solo que estaba “feliz” por la nueva determinación de la justicia para, minutos más tarde al detenerse en una estación de servicio con su defensora, mostrarse levantando los brazos en señal de triunfo.
