Tesoro de ámbar en Rumanía: anciana usó valiosa piedra como tope de puerta durante años
El ámbar, estimado en 70 millones de años, fue hallado en el lecho de un arroyo y clasificado como una de las piezas más grandes del mundo.
Museo de Buzau. / Museo de Buzau.
Una de las pepitas de ámbar más grandes del mundo, de 3,5 kilos y valorada en cerca de un millón de euros, fue encontrada en la vivienda de una anciana en el pequeño pueblo de Colti, en el sureste de Rumanía. La extraordinaria pieza permaneció durante décadas como un simple tope de puerta, ignorada incluso por ladrones que entraron al domicilio y robaron únicamente algunas joyas de menor valor.
El hallazgo fue confirmado por Daniel Costache, director del Museo Provincial de Buzau, donde se conserva actualmente la pieza. Según explicó, la piedra fue descubierta originalmente en el lecho de un arroyo por la propietaria de la casa, quien desconocía su valor. Tras su fallecimiento, un pariente heredó la roca y, al examinarla con más atención, dedujo que se trataba de ámbar de gran valor.
Posteriormente, la pieza fue vendida al estado rumano, que la clasificó como tesoro nacional y la entregó a especialistas del Museo de Historia de Cracovia, en Polonia. Los expertos confirmaron su autenticidad y estimaron que la resina fósil podría tener entre 38,5 y 70 millones de años. “Este descubrimiento tiene gran trascendencia tanto científica como museística”, destacó Costache, quien considera el objeto como una de las pepitas más grandes y valiosas del mundo, publica El País.
Rumanía es conocida por su riqueza en yacimientos de ámbar, particularmente en el condado de Buzau, donde las piedras semipreciosas, conocidas como “ámbar de Buzau” o “rumanit”, han sido estudiadas por su alta calidad y diversidad de tonalidades. La región alberga una reserva natural y la antigua mina de ámbar de Stramba, que fue clausurada por el régimen comunista.
Los yacimientos del área destacan también por contener restos fósiles de arácnidos, insectos, reptiles y otros organismos, lo que aumenta su valor científico. La pepita de ámbar hallada en Colti se suma a esta riqueza, consolidando el lugar como un punto clave para la investigación geológica y paleontológica.
Mientras tanto, el hecho de que un objeto de tal importancia científica y económica haya permanecido inadvertido durante décadas genera asombro. “Es increíble pensar que una de las piezas más valiosas del mundo estuvo escondida a simple vista como un tope de puerta”, comentó Costache.
