Agroclimatólogo y ola de calor en Chile: “Las máximas extremas van a ir subiendo. Han ido subiendo y van a seguir subiendo”
Patricio González explicó la forma en la que el cambo climático ha afectado las temperaturas y lamenta que nos estamos “acostumbrando a este factor peligroso”.
Patricio González
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Patricio González, agroclimatólogo de la Universidad de Talca, conversó con La Prueba de ADN para referirse a la ola de calor que afectan y seguirán azotando diferentes regiones del país.
Recientemente, se emitió una alerta por altas temperaturas en varias zonas de Chile, lo que tiene varias consecuencias concretas más allá de la percepción de la gente.
Conforme a lo que está por venir, el invitado explicó que “lo que va a ocurrir de acuerdo a los modelos, del día 19 al 22 de diciembre va a haber temperatura de 34, 35 e incluso 36 grados entre la región de Valparaíso interior, Metropolitana, O’Higgins y parte del Maule”.
En tanto, llegará un segundo pulso de calor “desde el día 23 o 24 hasta el 28. Afectaría desde la región del Maule, Ñuble y Biobío. Ahí serían temperaturas un poco más altas, en torno a los 36, 37 grados. Incluso en zonas rurales podría estar entre los 37º o 38º”.
Y si bien son números alarmantes, el especialista recordó que se ha seguido esta tendencia desde hace un tiempo, donde en el verano de este 2024 en algunas zonas “sobrepasamos los valores límites que van de los 40 a 42 grados”.
Asimismo, aludiendo a efectos del cambio climático, señaló que mediante un “indicador de probabilidad que cuantifica las variaciones y las tendencias” se llegó al resultado de un estudio que anticipa que “cada año en el verano, enero y febrero, las máximas extremas van a ir subiendo. Han ido subiendo y van a seguir subiendo”.
“Estamos ante una situación bastante complicada y no veo una reacción por parte del mundo político en general, mundial, en cuanto a este fenómeno”, cuestionó el especialista.
Con esto, apuntó a que se da un escenario complejo donde la tendencia se va volviendo en “un clima hostil y agresivo, no solamente para las personas, sino que también para la agricultura y qué hablar para los incendios forestales”.
Aludiendo a los diferentes efectos visibles en el país, González mencionó que “los desiertos están avanzando hacia el sur“, teniendo como resultado que se “daña la calidad” de diferentes plantaciones, principalmente frutales.
Este problema se agudiza si consideramos que “el agricultor tiene que regar más para que el cultivo no esté en estrés térmico. Necesitan más agua en un país donde estamos en una megasequía tremenda y ya casi no hay agua”.
La exposición al sol
Otra de las aristas que abordó el agroclimatólogo tiene relación con la forma en que va llevando este escenario en el día a día, de manera cotidiana por los ciudadanos, más allá de lo que se pueda hacer a nivel macro política y mundialmente hablando.
Lo primero que expuso es que “no estoy de acuerdo con sacar el pasto de las ciudades, porque justamente baja las temperaturas y mantiene un cierto confort”.
Esto, ya que la medición de la temperatura se hace en una superficie de pasto, pero si se está en el centro de la ciudad “la temperatura puede llegar fácilmente e los 42º. Ahí hay un impacto urbano”.
A modo de análisis general, Patricio González hizo hincapié en que “ahora hablamos de 40 grados como si fuera nada, como si nos estuviéramos acostumbrando a este factor peligroso”.
De esta manera, con calor que supera los límites y va teniendo diferentes efectos, el experto cuestionó que “los modelos están subestimando los valores extremos (...) el cambio climático ha sido tan rápido que subestiman las temperaturas máximas”.