VIDEO. Violencia en Hospital Regional de Concepción: madre agrede a personal de salud tras esperar atención de su hijo

Una nueva situación de violencia se vivió en el Hospital Regional de Concepción, Dr. Guillermo Grant Benavente, durante la noche del lunes.

La agresión ocurrió a las 22:30 horas, cuando una madre, frustrada por la demora en la atención de su hijo en el servicio de urgencias, provocó daños significativos en las instalaciones y agredió a funcionarias de salud, generando alarma entre el personal y los pacientes presentes.

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La mujer, quien llegó con su hijo a la urgencia, reaccionó violentamente tras una espera de cuatro horas. Según el protocolo de triage del hospital, el menor fue categorizado con prioridad C4, es decir, no era una emergencia inmediata.

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La madre, molesta con el tiempo de espera, ingresó a la sala donde estaban otros pacientes y comenzó a golpear al personal, además de lanzar computadores y destrozar puertas junto a sus acompañantes.

“No vamos a aceptar situaciones de violencia”

El director del hospital, Claudio Baeza, condenó enérgicamente el incidente y anunció medidas legales contra los responsables. “Queremos ser enfáticos en el respeto hacia las personas que laboran en los servicios de urgencia. No vamos a aceptar situaciones de violencia en nuestro servicio”, afirmó.

“Fue una situación muy compleja que afecta tanto a nuestro personal como a las instalaciones del servicio de urgencia”, agregó el médico, destacando que se activaron protocolos de seguridad y que se tomarán “todas las intervenciones que se necesiten en este caso”.

El personal de salud que presenció el ataque expresó temor y molestia ante el incremento de agresiones en los centros de atención pública. Videos del incidente capturan la tensión vivida durante cerca de una hora en el hospital, mostrando el impacto emocional en las funcionarias que atendían a otros pacientes.

Este tipo de incidentes no es aislado en la región del Biobío. Recientemente, otros centros de salud han reportado situaciones similares, incluyendo amenazas y hasta uso de armas, lo que ha generado preocupación en la comunidad médica y entre los usuarios. En algunas instalaciones, se ha considerado reforzar la seguridad con personal policial para proteger tanto al equipo de salud como a los pacientes.