¿Por qué nadie reconoce a Clark Kent como Superman cuando se pone los lentes? Un estudio de la Universidad de York tiene la respuesta

En la ficción, la identidad de Superman es todo un misterio, pero siendo realistas es aún más curioso el hecho de que Clark Kent pueda ocultarse y lograr el anonimato usando solamente lentes.

Esto ha generado ruido en el público a los largo de los años, ya que parece un sin sentido que las personas en Metrópolis no identifiquen al salvador de la ciudad.

Sin embargo, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de York abordó la manera en la que esto puede ser efectivo y los resultados parecen ser los óptimos, aunque claramente en la ficción suele exagerarse.

Los datos arrojan que incluso un pequeño cambio en la apariencia facial, como el uso de lentes, puede alterar significativamente nuestra capacidad para reconocer a una persona si no la conocemos previamente.

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A raíz de este hallazgo también se plantean preguntas sobre la eficacia de los sistemas de reconocimiento facial, como los utilizados en controles de pasaporte o por software de seguridad.

Los investigadores presentaron a 59 participantes imágenes en paralelo, donde debían determinar si las fotos mostraban a la misma persona. Las imágenes se dividieron en tres categorías: personas con lentes, personas sin lentes, y una imagen de una persona con lentes junto a otra sin lentes.

Asimismo, es importante consignar que los participantes no estaban limitados por el tiempo y podían tardar todo lo que quisieran para hacer las comparaciones.

Los resultados

En los casos donde ambos individuos llevaban lentes o ambos no las usaban, los participantes lograron un 80% de precisión en la identificación. Sin embargo, esta precisión se redujo en un 6% cuando se comparaba una imagen de alguien con lentes y otra sin ellas.

Kay Ritchie, coautora del estudio, reflexionó: “Aunque una caída del 6% en el rendimiento puede parecer menor, si consideramos que más de 100 millones de personas pasan por el control de pasaportes en el aeropuerto internacional de Atlanta cada año, ese 6% podría traducirse en 6 millones de errores de identificación”.

Además, sugirió que los resultados podrían influir en futuras políticas sobre la identificación facial, especialmente debido a las diferencias en las normativas sobre el uso de gafas en fotos de identificación, como ocurre entre Estados Unidos y el Reino Unido.

El estudio empleó imágenes de personas desconocidas para los participantes, imitando las fotos que solemos ver en redes sociales, con variaciones en poses, expresiones faciales, iluminación y fondos.

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Asimismo, se excluyeron fotos de tipo pasaporte que no presentan cambios en las expresiones o poses. Las fotos seleccionadas eran de alta calidad y estaban recortadas de manera uniforme alrededor del rostro. También se incluyeron “semejanzas” o “doppelgängers” para aumentar el nivel de dificultad en las comparaciones.

Según Ritchie, la habilidad de reconocer rostros familiares es mucho más robusta que nuestra capacidad para identificar a extraños, lo que nos lleva a sobrestimar nuestra destreza en reconocer caras en general.

“Esto se evidencia claramente en tareas como las de los controladores de pasaportes, quienes deben decidir si la persona frente a ellos coincide con la imagen de un pasaporte que podría tener hasta 10 años de antigüedad”, explicó.

Finalmente, los investigadores concluyeron su trabajo aludiendo al clásico dilema de Clark Kent y Superman. “Aunque nos cueste creer que los habitantes de Metrópolis no pueden reconocer a Superman detrás de las gafas de Kent, podemos entender por qué ha elegido este sencillo accesorio para mantener su anonimato”, afirmaron.

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