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Así son las “Cataratas de Sangre”, la peculiar y rojiza locación de la Antártida que desconcertó a los científicos

En el lugar burbujea un vistoso líquido que ha llamado la atención desde que se descubrió hace más de un siglo. El fenómeno tiene una explicación.

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Así son las “Cataratas de Sangre”, la peculiar y rojiza locación de la Antártida que desconcertó a los científicos

El continente Antártico, con sus casi 14 millones de kilómetros cuadrados, es el hogar de más de algún peculiar paisaje como sacado de otro planeta.

Y si incluso se ha hablado y teorizado en torno a estructuras que parecen verdaderas pirámides en el manto blanco, también hay otras que durante mucho tiempo han desconcertado a la comunidad científica.

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Descubierta hace más de 110 años por el geólogo australiano Griffith Taylor, dentro del gélido continente existen una cascada única conocida como “Blood Falls”, algo que en español se traduce como “Cataratas de sangre”.

Llamativas por su color rojo intenso, las mismas están ubicadas en los valles secos McMurdo y específicamente en el glaciar Taylor, donde desembocan en el West Lake Bonney.

Y si originalmente algunas hipótesis apuntaban a que el líquido rojizo burbujeante se explica en la presencia de algas rojas, el pasar del tiempo entregó una respuesta más concreta.

Cuál es el origen de las “Cataratas de Sangre” de la Antártida

Resulta ser que el misterio centenario fue estudiado en el año 2017 por un equipo de investigación del Journal of Glaciology. Esto con un radar de penetración terrestre que se adentró en las capas de hielo desde donde mana el agua.

¿Y qué se descubrió? Por debajo de todo existía una enmarañada red de ríos subglaciares e incluso un lago que estaban repletos de salmuera.

Y como este último líquido salado tenía un alto contenido de hierro, el mismo entregaba el tinte hacia la superficie tras su oxidación ante el contacto con el oxígeno atmosférico.

El punto también explicaría el motivo detrás de que el agua siga fluyendo en lugar de congelarse ante las bajas temperaturas, una rareza en los glaciares antárticos.

Sumada a alta salinidad, la presencia abundante de elementos como cloro o magnesio también podrían ocupar un espacio relevante en la “formación de fases de hierro de color amarillo o naranja”, planteó un nuevo estudio reciente que intentó explicar la tétrica postal.

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