CRÍTICA. “La primera profecía”: la película que salva el cine de terror de los últimos años
El filme de Arkasha Stevenson ofrece satanismo, blasfema y conspiraciones sobrenaturales dignas del título original.
20th Century Studios
Este jueves 4 de abril es el esperado estreno de La primera profecía en los cines nacionales, y en ADN.cl tuvimos la posibilidad de verla con anticipación para contarte de qué se trata y todo lo que verás en la pantalla.
Lo primero a tener en cuenta es que se trata de una precuela de La profecía (1976) de Richard Donner y todas las películas posteriores que han lanzado dentro de la saga. De igual manera, al momento de ser anunciada se vio como algo innecesario, ya que en Damien: La Profecía 2 (1978) ya se había abordado el origen de Damien Thorn, el antagonista de la historia.
Sin embargo, esta es una arista que terminó siendo un punto fuerte, ya que nos entregó una visión más profunda de cómo se fue gestando todo. Así es como nos sumergimos en lo más siniestro y oscuro que hay detrás del título original y su desarrollo.
Todo esto, fuertemente relacionado con una “facción” dentro de la iglesia católica que busca mantener el poder. Para eso “crea algo en que temer”, tal como advierte el padre Brennan (Ralph Ineso) aludiendo al nacimiento del Anticristo.
La cinta nos permite entender de manera muy detallada como llegamos a ese 6/6/1976 a las 6:00 am y cómo la criatura llega a ser adoptada por Robert Thorn (Gregory Peck) como parte de una turbia planificación por parte de un grupo de monjas y sacerdotes.
A partir de esto se desenvuelve una trama cargada de una verdadera catarsis satánica, mucha blasfema, un escenario de conspiraciones y momentos muy inquietantes. Todo esto forma parte de una producción que apuesta por el terror psicológico, por más que haya mucho de tintes diabólicos.
Bajo esta misma línea se valora la forma en que el relato nos mantiene atentos y pendientes en todo momento al desarrollo de la historia, su protagonista y los personajes. Además, cuenta con ese agregado que significa ser una precuela en la que todos sabemos hacia donde apunta.
Asimismo, a medida que la historia nos va atrapando, los sustos también van evolucionando. Pasamos por los infaltables y básicos saltos y estímulos de lo inesperado, a un escenario de género psicológico donde se apela a lo terrenal, pero también a todo lo sobrenatural.
Un foco único e incomodador
Arkasha Stevenson cumplió un rol más que correcto como directora y logró que esta quinta película de la franquicia fuera de primer nivel, estando a la altura e incluso superando expectativas.
Uno de los puntos a destacar es que logró captar la esencia de las películas de terror de antaño, algo que cada vez parece más difícil o no ser de interés para loas productoras, aunque con este caso queda en evidencia que es una buena fórmula para alcanzar el clima adecuado sin necesidad de caer en la nostalgia.
Por otra parte, a modo de sello, la cineasta nos propuso un filme cargado a lo feminista desde una mirada más que interesante. Hay que aclarar que con el término ‘feminismo’ se pretende poner sobre la mesa una temática con características femeninas, incluyendo también un rol protagónico netamente de mujeres.
Conforme a la trama y lo que propone el guion, a ratos se plasmaba un ‘body horrror’ y un ‘terror obstetricio’, que además de estar ligado al nacimiento del anticristo, se deja de lado aquella ‘magia’ y lo bonito del embarazo y la maternidad. Esto queda en evidencia en una escena de parto en específico, que logra plasmar el “milagro de la vida” como algo hermoso e impactante, aunque con ese toque satánico que caracteriza la película.
La primera profecía es una muy buena historia por sí misma, rescatando aspectos clásicos del género de terror que hoy en día parecen perdidos. Se logra dar un refresh con recursos más que conocidos pero infalibles.
La narrativa estuvo a la altura, y si bien en un comienzo parece no arrancar del todo bajo una historia contundente, con el pasar de los minutos se va afirmando. Aun así, resulta fundamental el hecho de que sea una precuela dentro de una saga con muchos seguidores, siendo un impulso para ir con predisposición.
Esto podría darse principalmente a que hay muchos pasajes de la cinta en las que parece ‘plana’ si esperamos sustos contantes. Y es que si bien los momentos terroríficos no son escasos, se nota la intención de profundizar en una trama. Esto va de la mano con el tipo de miedo al que cada quien es más sensible, siendo el terror religioso lo más fuerte.
A modo de resumen, la película merece la pena y superó las expectativas con todo lo que se especulaba en la previa. El material expuesto es de primer nivel y llega como un gran empujón al género en un momento no muy auspicioso en el que las ideas de Hollywood parecían escasas. Sin ánimos de exagerar, podemos hablar de una de las mejores del último tiempo.
