Son alrededor de las 4:50 de la madrugada del martes (5.03.2024), y un poste eléctrico empieza a arder un campo de Steinfurt, en el estado federado de Brandeburgo, este de Alemania. El fuego es intencionado; se han apilado neumáticos viejos alrededor del poste para añadir combustible. Poco después se interrumpe el suministro eléctrico. Miles de hogares de las afueras de Berlín se ven afectados, pero sobre todo la llamada “Gigafábrica” del fabricante de automóviles Tesla, en la cercana localidad Grünheide. Allí se producen cada día unos 750 vehículos eléctricos. Pero ahora la fábrica queda paralizada, los 12.000 empleados son enviados a casa y los daños para Tesla se estiman ahora en “varios cientos de millones de euros”.

Extremistas de izquierdas contra un “tecnofascista”

Poco después, el llamado Grupo Volcán Apagar Tesla publicó una carta de reivindicación en una plataforma de internet de extrema izquierda. La policía ha confirmado su autenticidad. “Hoy hemos saboteado Tesla”, dice la carta. El jefe de Tesla, Elon Musk, sería un “tecnofascista” al que habría que detener porque estaría planeando un “ataque tecnológico totalitario” contra la población mundial.

A esto le sigue una crítica variopinta del capitalismo, sobre la explotación, la destrucción del medio ambiente y la tecnología de vigilancia moderna, en las que el grupo afirma que Musk está significativamente involucrado. Asimismo, dicen que quieren lograr que Musk emprenda la huida, en el mejor de los casos, a Marte. Pero el multimillonario tampoco estaría seguro allí, porque “nuestros fuertes aliados extraplanetarios ya lo están esperando”, afirman. Los autores de la carta están seguros: “Así ganaremos”.

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Aparte de estas ideas sobre su visión del mundo, no se sabe mucho sobre el Grupo Volcán. Se lo considera perteneciente al espectro anarquista de extrema izquierda, es decir, un movimiento que rechaza por principio cualquier tipo de jerarquía o dominación de unas personas sobre otras.

El contenido, estilo y estructura del panfleto publicado se parece a toda una serie de otras cartas de confesión de años anteriores, así como a un “documento de estrategia” de 2015 que se presentó a la Oficina Estatal para la Protección de la Constitución.

Por lo tanto, las autoridades suponen que existe un “grupo (parcialmente) idéntico de autores”, lo que, a su vez, debería indicar que el grupo tiene una estructura fija y está formado por miembros de larga data. Según el informe de 2019 de la Oficina de Protección de la Constitución, “los autores cambiaron de nombre, en su mayoría, haciendo referencia a volcanes islandeses”.

Objetivo: mástiles de radio y líneas eléctricas

Según esta fuente, el grupo existe desde 2011 y ha actuado principalmente en la región de Berlín-Brandeburgo. Allí ha llevado a cabo varios ataques, principalmente contra mástiles de radio y electricidad, líneas de datos y vehículos de empresas.

El presunto incendio provocado fue condenado enérgicamente por los políticos alemanes. La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, habló de un “grave delito criminal que no puede justificarse con nada”. Hasta ahora, sin embargo, las autoridades no están investigando un ataque terrorista, sino sólo un incendio intencionado.

El jefe de Tesla, Elon Musk, también expresó su enfado: “Estos son los ecoterroristas más tontos del mundo o son marionetas de aquellos que no tienen buenos objetivos medioambientales”, escribió en su propia red social, X. “Detener la producción de vehículos eléctricos en lugar de vehículos de combustibles fósiles es extremadamente estúpido”.

Polémica fábrica

La fábrica de Tesla en las afueras de Berlín causó polémica desde el principio. El hecho de que la fábrica se construyera en las inmediaciones de una zona de conservación de aguas provocó numerosas protestas de residentes locales y activistas medioambientales. También hay oposición a los planes de ampliación de la empresa, ya que podrían agotar las aguas subterráneas de la región. Tesla ya ha refutado esos argumentos. Activistas ecologistas de la iniciativa Stop Tesla llevan días ocupando parte del bosque con casas en los árboles que habría que talar para la ampliación de la fábrica. Sin embargo, se han distanciado del incendio provocado en la torre eléctrica cercana.

(ies/cp)