Investigadores chilenos estudian mecanismo para controlar plagas agrícolas sin uso de pesticidas
La investigación promete ser un avance significativo hacia el desarrollo de una agricultura más sostenible y eficiente, ofreciendo una alternativa prometedora a los métodos convencionales de control de plagas.
Científicos del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio) están en la vanguardia de una investigación revolucionaria para combatir las plagas y enfermedades que afectan los cultivos alimentarios. Según Naciones Unidas, estas amenazas causan un 40% de pérdida en los cultivos alimentarios, exacerbando el hambre mundial y poniendo en riesgo los medios de vida rurales.
El equipo de iBio, liderado por la Dra. Mariola Tobar, busca una solución sostenible a este problema, centrándose en un mecanismo de control de plagas basado en procesos biológicos en lugar del uso de pesticidas. “El uso excesivo de estos productos puede causar problemas en la salud de las personas, de los ecosistemas que están expuestos a ellos y, a la vez, generar cepas del hongo resistentes al fungicida químico”, explicó Tobar.
El foco del estudio es el hongo Botrytis cinerea, responsable de la pudrición gris en frutas y verduras. Los investigadores buscan genes en este hongo que están siendo inhibidos naturalmente por RNA interferentes (RNAi) presentes en ciertas plantas. El objetivo es transferir esta resistencia a variedades de plantas susceptibles al hongo para controlar una posible plaga sin necesidad de fungicidas químicos.
Tobar detalló que algunas variedades de tomate logran resistir al hongo de manera más efectiva que otras. “Lo que nosotros buscamos es identificar aquellos RNAi que son generados por las variedades resistentes y que están ausentes en las variedades de tomate susceptibles, sintetizarlos y aplicarlos a aquellas variedades susceptibles, generando un producto natural para combatir el crecimiento y/o virulencia del hongo”, dijo.
Además, el equipo está evaluando el uso de dos nanopartículas para prolongar la efectividad de los RNAi, aumentar su tasa de internalización y protegerlos contra la degradación por factores como la temperatura o la radiación. Estas nanopartículas fueron seleccionadas por su composición orgánica, su bajo impacto ambiental y su inocuidad para los ecosistemas.
“Ya hemos identificado y seleccionado algunos RNAi que podrían controlar el crecimiento y/o virulencia de Botrytis y estamos realizando las validaciones de su efecto. Además, tenemos resultados sobre el efecto protector de las nanopartículas en los RNAi expuestos a diferentes condiciones degradantes o de almacenamiento”, indicó Tobar.
La investigación promete ser un avance significativo hacia el desarrollo de una agricultura más sostenible y eficiente, ofreciendo una alternativa prometedora a los métodos convencionales de control de plagas.